Historia

Las terapias cognitivas nacieron en los años '60, a partir del desarrollo de teorías y modelos psicoterapéuticos cuyo objetivo era conseguir una disminución del sufrimiento y de la incapacidad que acarrean los trastornos depresivos, en un lapso relativamente breve.

Desde un comienzo estos desarrollos plantearon un fuerte compromiso con la investigación empírica, en aras de validar, bajo cánones científicos, tanto las terapias como las teorías que las sustentaban.

Con el correr de las décadas, las terapias cognitivas se multiplicaron y diversificaron, aplicándose a variados trastornos y problemas, en casi todo el mundo. Se generaron nuevos desafíos e interrogantes dando lugar al surgimiento de distintas psicoterapias y conceptualizaciones que actualmente se inscriben en este campo.

El interés común a estos diversos modelos se centra en el papel de los procesos cognitivos, esto es, en el modo en que se interpretan y se significan las experiencias a lo largo de la vida.

Existe amplia coincidencia en que dichos procesos tienen un rol fundamental en la aparición y el mantenimiento de los trastornos y problemas que aquejan a los seres humanos. En nuestro país existe una gran tradición y expansión de los tratamientos psicológicos si bien el paradigma predominante ha sido el psicoanalítico.